En el inicio de los
tiempos, todo era diversión en internet, entretenimiento e ingenuidad. Nada
formal, hasta que todo se volvió muy serio. Las personas toman posturas
políticas en Facebook, se organizan manifestaciones en Twitter, las empresas
ven tu LinkedIn antes de contratarte.
Supongo está bien,
pero esa misma seriedad le quitó la espontaneidad a la red. Ahora todo está ahí
para siempre, una vez que lo subes, no hay vuelta atrás. La eternidad. Ahora pensamos
todos nuestros pasos digitales: analizamos cada post, editamos cada foto,
crucificamos a quienes se equivocan. Tantos juicios y miedo a que nuestra
popularidad descienda. Todo lo cuidamos, extremamos precauciones, hasta esa
nueva especie llamada CM se autodenomina “curadores de contenidos digitales”.
Así cómo hacen los mismísimos curadores en los museos. Y cómo olvidar a mis
favoritos: esos puritanos del lenguaje que se dedican a corregir los post
ajenos, correctores de estilo sin cobrar.
Pero alguien vio la
luz y creó Snapchat. Al fin alguien entendió la naturaleza de internet: foto
que mandas, foto que desaparece, video que subes, video que se destruirá en 5,
4, 3, 2, bye. Esa ambición humana de luchar contra nuestra finitud y de querer
que cada momento permanezca, ja. Nada es para siempre y Snapchat comprendió lo
efímero de internet… y de la vida. (Ok, nada es tan
bueno para ser verdad. Pueden tomar foto de pantalla antes de que desaparezca o
bajar el contenido a su teléfono celular, pero tienen segundos para hacerlo).
Me encanta que nos
despedimos del egocentrismo en su expresión bruta. No hay nada de esas cosas
del diablo de likes, RT, corazones, comentarios. Adiós a los tormentos. Sólo tú puedes ver tus vistas. Despídete de subir tu mejor selfie y
buscar la aprobación del público. Ni siquiera importa cuántos amigos o
seguidores tienes.
Fantasmita: gslaura984
Sí, hay cosas
importantes en la vida, pero ¡no lo quiero postear! Lo que quiero es subir
fotos de cómo quedó mi maquillaje, antes de que las amigas malvadas me
destruyan. Lo que quiero es sextear sin testigos. Lo que quiero es presumirle a
mi amigo que está a dieta la hamburguesa gigante que comeré. Es contenido sin
mayor trascendencia, que ni siquiera ocupará espacio en la memoria, ni del
teléfono celular ni mía.
Contrario a ese afán
de postear lo bella que es la vida y producir y editar y buscar una frase
aspiracional sólo para subir una foto a Instagram, en Snapchat te puedes resistir y
ser más honesto, más inmediato, incluso ¡más feo! Al principio, ¿internet
no se relacionaba más con esto?
La TV so last
century y Twitter es mi refugio ante lo arcaico de ver anuncios en la tv.
Normalmente me gusta ver las premiaciones y estar en mi TL para aguantar la
transmisión. Pero imaginen la pesadilla de leer un tuit, abrir el link y pasar
cada una de las 186 fotos que consideran importantes. Hola 2015 y sólo tuve que
abrir MTV en Snapchat y en menos de 3 minutos me enteré de todos los chismes de
los VMA. Sí, así de superficial puedo ser.
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